En más de 35 años de carrera profesional, me he encontrado una y otra vez con un fenómeno que puede llegar a desmembrar áreas completas y reducir de forma importante la productividad de departamentos o incluso, compañías completas.
Existe una peculiar tendencia a creer que, si se tiene un excelente empleado en alguna de las áreas de la compañía, por ejemplo, el área de ventas, este empleado se puede recompensar por su gran labor volviéndolo en el líder del área de ventas en este caso, y creemos que de manera automática este empleado podrá llevar el liderazgo completo de esta área.
No hay nada más alejado de la realidad.
Las compañías tienden a obviar la preparación y capacitación de los empleados en posiciones de liderazgo. Creen que un buen plan de carrera es simplemente ofrecer la oportunidad de ser líder de su área cuando, la mayoría de las veces, esta persona no cuenta con los elementos necesarios que conforman a un líder, es más, probablemente ni siquiera desea esa posición.
Regresando al ejemplo anterior, un excelente vendedor que destaca por su atención a clientes, capacidad de apertura de cuentas, ser un cerrador agresivo y que además le encante estar en la calle visitando prospectos, ahora deberá gestionar y empoderar a un grupo de vendedores, estar pendiente de sus cuotas, tomar en cuenta las diferentes personalidades para encontrar las mejores formas de empoderarlos, resolver problemas específicos y de grupo y tomar decisiones que ponga en riesgo hasta amistades con tal de cumplir la misión.
Ambos panoramas son completamente distintos, en el primero, el empleado brilla, en el segundo, lo más probable es que se hunda y frustre por su incapacidad de igualar como líder, sus logros como vendedor.
Es en este momento donde las áreas y las personas que conforman esa área sufren por un mal liderazgo; perfiles de personas no se gestionan correctamente, por ejemplo, personal con potencial de crecimiento y asignación de mayores responsabilidades pasa desapercibido o no se toma en cuenta empleados que ya muestran síntomas de “burn out” y están a punto de reventar, la resolución de problemas no se gestiona de manera correcta, no se toman las decisiones difíciles que ayuden a cumplir la misión esperada por la empresa.
Es de suma importancia que las compañías, dentro de sus planes de carrera, tomen en cuenta la capacitación y el coaching de líderes para asegurar que los resultados, tanto de la posición de liderazgo dentro de la organización, como de la empresa en su conjunto, lleguen a maximizarse.
Existen líderes natos, esto es muy cierto, sin embargo, el talento debe pulirse para obtener el mayor provecho de sus capacidades innatas y convertirse en un gran líder que pueda llevar a grupos pequeños y grandes de personas a cumplir con la misión encomendada.
Para identificar los líderes en tu organización y no desgastarte en esfuerzos de desarrollar personas que no lo son, te recomendamos evaluar los estilos de personalidad de tus colaboradores, descubrir que tipo de personalidad tienen y obtener el máximo potencial de cada uno. Con nuestras evaluaciones puedes hacerlo.